domingo, 12 de febrero de 2012

Un día te despiertas, abres los ojos, sonríes y te das cuenta que sin haberlo buscado, lo tienes. Quizás no lo tienes todo pero.. le tienes a él.
Suspiras, vuelves a sonreír enciendes el móvil y ves su foto. Te levantas y tienes su carta colgada en tu muro de madera en esa pared de la habitación.
Piensas y piensas, y siempre con esa sonrisa tonta en la boca. Preciosa curva.
Recuerdos que te vienen a la cabeza y sin quererlo, alguna lágrima que se cae por esa mejilla.
Apenas te acuerdas de como llegaste a comenzar esa maravillosa historia con él.
No tienes ni idea de como acabará, no sabes si en algún momento sentirás dolor,  lo único que sabes es que todo ha comenzado y no quieres dejar pasar esa oportunidad de oro macizo que tienes entre manos.
Pasan los días y te das cuenta de sentir unas sensaciones que antes no tenías. Dicen que es la felicidad. ¿Felicidad? Nunca antes me había sentido así. Nadie es feliz por completo pero yo sin tenerlo todo, pero teniéndolo a él me siento más que feliz, quizás es una palabra sin nombre, alguna que aún está por inventar.
Inconscientemente, cierras los ojos, sonríes de nuevo, y te pierdes en sueños con esa persona como cada noche.

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