domingo, 29 de enero de 2012

.

Me aferro a tu espalda con uñas y dientes... literalmente. Exprimo el jugo de cada segundo que estás a mi lado y le echo un vistazo al reloj muy de vez en cuando. ¿No dicen que así el tiempo pasa más despacio? Nunca has faltado a tu promesa, pero a mí se me hace un nudo en la garganta cada vez que sales por esa puerta. 

Hoy, como cada día desde que entraste en mi habitación y en mi vida, te espero. Con el reloj de cara a la pared, y el miedo 
devorándome por dentro. Y me entran las prisas cuando me despiertas en medio de la noche, rompiendo el silencio con un simple “he vuelto”. Me faltan manos, me falta tiempo, me falta el aliento… y a ti te sobra ropa.
 Te la arranco como una loca. Muerta de sed, busco tus labios en la oscuridad y me enredo entre tus brazos, tratando de establecer el máximo contacto… pero me sabe a poco. Por mucho que te toco.

- Siempre me haces el amor como si fuera la última vez.

Y literalmente.


No hay comentarios:

Publicar un comentario