Cuando la copa de los sueños está vacía y miles de abejas jugando en las tripas me roban las noches. No me dejes sola, que ahora soy tan pequeña y cuando despierto de una pesadilla nada cambia, todo sigue igual. Abrázame, abrázame... Y no me digas nada que esta tristeza no me abandona y este miedo duele más. Abrázame, abrázame...
No hay comentarios:
Publicar un comentario