Odio tener que calcular, cuánto debería esperar,
período de tiempo normal, prudencial o racional,
hasta volver a verte una vez más,
llámalo como quieras, pero yo pierdo las maneras,
cuando empiezo a morderme las uñas y a recrear tu voz en mi cabeza,
y es que, si por mí fuera,
volvería a llamarte cada vez que salieras por mi puerta,
no decir nunca adiós
para olvidarnos de cómo se hace
y estar siempre juntos, los dos.
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