Cuando las cosas no salen como realmente quieres, es cuando aprendes a cuidar cada detalle. Tratar de superarse a uno mismo sirve de poco cuando lo que quieres no está a tu alcance. El objetivo es sobrevivir, y de ilusiones... también se vive.
Y es entonces cuando una sola mirada puede hacer que te dé un vuelco el corazón y que te quedes dormida con una enorme sonrisa de tonta plasmada en tu cara.
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